Roberto Luis Justo Tagliabue permanecerá detenido. La Justicia Federal consideró que engañaba y amenazaba a sus feligreses para explotarlos en el templo El Shaddai, ubicado en el barrio Santa Rita. También lo acusan de comercializar animales silvestres. En el fallo, se ordenó el embargo de sus bienes por 27 millones de pesos.
El juez federal Santiago Inchausti procesó con prisión preventiva al pastor evangélico detenido por amenazar, engañar y explotar laboralmente a sus feligreses.
A pesar de que semanas atrás, luego de su captura, Roberto Luis Justo Tagliabue (58) se había declarado inocente, el magistrado consideró que existen numerosas pruebas reunidas a lo largo de la investigación que lo incriminan por sus actividades en el templo El Shaddai, ubicado en el barrio Santa Rita.
Además de adjudicarle la comisión del delito de “trata de personas con fines de explotación laboral, agravado por ser ministro o autoridad de culto, por mediar engaño y amenazas, por la cantidad de víctimas, por el abuso de su situación de vulnerabilidad, por haberse consumado la explotación y por haber sido cometido en perjuicio de un menor de edad y de una persona con discapacidad”, la Justicia Federal considera que Tagliabue privó de la libertad a varias de sus víctimas y ejerció ilegalmente la medicina.
En total, los investigadores relevaron nueve hechos de trata -uno tras captación y ocho por acogimiento-, y ocho de privación ilegal de la libertad -uno logrado en base a amenazas y siete bajo el engaño de supuestos fines religiosos. Además, Tagliabue está imputado por comercializar 97 animales animales silvestres y maltratar a otros 154.
En su fallo, al que tuvo acceso LA CAPITAL, el juez Inchausti ordenó embargar al pastor acusado por 27 millones de pesos. Por eso, hasta que se dé por finalizada la causa, regirá la inhibición general de sus bienes.
El caso
La detención de Tagliabue se registró el miércoles 3 de agosto pasado en su vivienda de Génova al 8000, después de que se avanzara con una investigación que se desarrolló en los últimos meses. El operativo fue realizado entonces por el personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que también allanó luego el templo de la calle Brumana.
Vale destacar que en la casa del imputado también funcionaba un hogar para hombres de la calle y en la planta baja un almacén. En la vereda opuesta, el pastor tenía una forrajería y algunos de los denunciantes, personas que habían recibido alojamiento, aseguraron que eran obligados a trabajar en dichos comercios.
La causa había comenzado de una manera singular en 2021, cuando un joven fue detenido en esa despensa por un supuesto intento de asalto. En ese momento otros dos hombres que estaban en el lugar evitaron esa maniobra y lo castigaron duramente, para ponerlo a disposición de la policía. Sin embargo, al declarar, el acusado dijo que había asistido al lugar por un llamado del pastor y que allí recibió una feroz golpiza y que eso sucedía porque había contado que el pastor sometía a los hombres alojados en el hogar.
Dicha declaración alertó a las autoridades federales que abrieron un expediente para investigar si era cierto o no, y finalmente se reunió prueba suficiente que justificó los allanamientos de este miércoles. Tras ello, se ordenó la clausura del almacén y de la forrajería, aunque las autoridades judiciales permitieron que continuara en funcionamiento el hogar de contención, ya que había personas alojadas allí. En tanto, el templo del barrio Santa Rita fue clausurado.
Con la asistencia del abogado defensor Mauricio Varela, Tagliabue declaró ante el juez Inchausti y los representantes del Ministerio Público Fiscal Federal, y juró su inocencia. “¿Qué estoy haciendo yo acá, juez?”, dijo. Y enseguida agregó: “Yo ayudo desde la fe”.
El detenido explicó que realiza un trabajo social, de “ayuda al prójimo” ya que a su templo acuden familias que tienen hijos con problemas de consumo, adicciones y en condiciones de vulnerabilidad. Ante esta situación, el pastor señaló que realizó un curso de “rehabilitación a través de la fe” y que incluso también acoge a personas bajo que se encuentran bajo prisión domiciliaria con tobillera electrónica, y que son derivadas por diferentes juzgados.
Tagliabue indicó que el hogar, que funciona frente a su casa arriba de una forrajería, posee jerarquías entre las personas que ingresan y se van recuperando. Al ingresar, las personas están 45 días incomunicadas, sin poder tener celular ni manipular dinero.
En el hogar, a la mañana hacen las oraciones, “reciben la palabra de Dios” y se reparten tareas de limpieza y para mantener el lugar. Luego, Tagliabue explicó que les inculca “el hábito del trabajo”, por lo que les da “changas” como la venta ambulante.
Este es el punto que los acusadores entienden como la autoría del delito de “trata de personas”, ya que el pastor le retiene el dinero a los jóvenes que se encuentran con problemas con adicciones. Según el imputado, se los cuida para dárselo después, pero para el Ministerio Público Fiscal y el juez Inchausti, se los retiene porque los explota y somete.
“No hay trata laboral, es inocente”, consideró el abogado Varela luego de aquella audiencia, en la que las autoridades ordenaron que Tagliabue permaneciera detenido. En ese sentido, el letrado agregó: “Hay mucha gente que me llama, padres de chicos que se recuperaron gracias al pastor que quieren hablar. Dicen que esto desalienta a la gente que intenta ayudar a personas con problemas gravísimos de adicciones”.